Las cámaras antipinchazos son una sencilla solución para minimizar el riesgo de pinchazo.
El riesgo de pinchazos es siempre mayor en MTB, por tanto muchas personas optan por montar este tipo de cámaras en sus bicis. Estas no evitan que se sufra el pinchazo, sino que reparan este una vez se ha producido gracias al líquido antipinchazos que contienen en su interior.
Se fabrican en gran variedad de tamaños, siempre de acuerdo con los rangos actuales de neumáticos, y también en los dos tipos de válvulas más comunes, Presta y Schrader.
Una vez se ha producido el pinchazo, debido a la diferencia de presión, el líquido que contiene tiende a salir de la cámara, y gracias a su composición (látex o caucho normalmente) sella el pinchazo. Para conseguir que el sellado se produzca es recomendable hacer girar la rueda para que el líquido se distribuya bien y a continuación dejar la zona del pinchazo en posición más baja para que la máxima cantidad de líquido posible se encuentre en esa zona y consiga tapar el pinchazo.
Evidentemente no todos los pinchazos consiguen repararse, si estos son muy grandes el líquido no será capaz de sellarlo y tendremos que cambiar la cámara para poder continuar la marcha.